5 de abril de 2009

Chuzos de punta II

¿Qué implicaciones tiene la grave situación actual en las organizaciones? Obviamente, las inmediatas son una dificultad para financiar el circulante (no digamos nuevos proyectos) e incertidumbre al comportamiento de las ventas y los pagos, en definitiva inconsistencia del plan de tesorería. Pero hay otras no menos importantes que quedan a la sombra de las primeras y que resultan críticas para el interés de este blog: proactividad, motivación y compromiso de los Rh en un escenario como el que estamos viviendo. Incluso si hablamos de organizaciones que no estén afectadas de manera grave por la crisis, el número de impactos informativos recibidos sobre la situación, pero sobre todo, lo que está por llegar, “bueno ahora no tendréis problemas, pero seguro que acabarán despidiéndoos a algunos como en todas las empresa”, merman el desempeño de los individuos en la organización y por tanto el de la organización en su conjunto. ¿Podemos hacer algo? Es sin duda el momento de la comunicación interna como vehículo que disminuya (en la medida de lo posible) el impacto de la incertidumbre. “Cuando en una situación de incertidumbre, o de crisis, la dirección de una organización guarda silencio no está evitando la comunicación, está dejando que otros rellenen de significado el silencio. La comunicación es un proceso omnipresente e inevitable”. Desde el diagnostico inicial de la situación, al que un análisis de clima nos puede resultar indispensable para conocer el estado anímico organizativo, pasando por la evaluación de los flujos de comunicación formal e informal y las herramientas actuales y potenciales, debemos ser capaces de elaborar un plan de comunicación interno que incorpore un mensaje alineado con la estrategia de la organización y garantizar que sea entendido y compartido por todos los miembros de la misma. Y para ello, debemos cumplir al menos con las siguientes premisas: - Es el momento del liderazgo. El Director General debe implicarse de manera directa en el proceso. - Contemos con los mandos intermedios. Son la clave para que el mensaje sea entendido y compartido. - Utilicemos todas las herramientas o artefactos a nuestro alcance. Las nuevas tecnologías nos pueden ayudar pero viejos sistemas son a veces más efectivos. - Busquemos equilibrar la información. Esforcémonos en encontrar datos positivos alineados con el mensaje general y si de momento son débiles, comuniquemos las acciones que vamos a emprender para alcanzarlos. Cada día que pasa sin que lo hagamos, otros están rellenando el silencio con una tormenta de “chuzos de punta”.